A pie por las estrechas vías es posible obtener conocimientos inesperados y en medio del frescor reinante en este microclima montañoso sin igual.
Mirador El Colorado, cercano a un pequeño parquecito, ideal para tomar fotos al mediodía y en la tarde; Mirador Loma de La Bandera , a unos 600 m . sobre el nivel del mar; el Sendero interpretativo que ya mencioné y el Mirador El guayabo, desde donde se observa este salto de agua en caída desde 70 metros de altura, ver para creer, un agua cristalina que nunca termina.
Fue en La Plancha , otro de los espacios más significativos de Pinares de Mayarí, donde tomé el café más rico de este mundo, elaborado al antiguo estilo campesino, macerado a la vista en un pilón enorme; café, señores, el néctar negro de los dioses, ni dulce, ni amargo, con el toque mágico oriental de una sonriente y robusta cocinera.
Allí también vi por primera vez un campo de hortensias azules que forman como oleajes al viento, otras flores más pequeñas que éstas, pero igualmente bellas, frutos como la mandarina y hasta comino, una mata de condimento que crece apegada a altos árboles y achote, otro que además de saborear aporta color a los alimentos.
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